El horno de Oviedo que lleva más de cuatro décadas endulzando el paladar de los asturianos

Esther Rodríguez
Esther Rodríguez REDACCIÓN

LA VOZ DE OVIEDO

La avilesina Paloma Palacios lleva 25 años al frente de El Horno de la Abuela, en Oviedo
La avilesina Paloma Palacios lleva 25 años al frente de El Horno de la Abuela, en Oviedo

Paloma Palacios está al frente de este obrador en el que prepara artesanalmente productos dulces y salados, gran parte de ellos de manera ecológica

13 oct 2023 . Actualizado a las 09:33 h.

Cuando era pequeña a Paloma Palacios le encantaba jugar con los cocinetes. Se pasaba horas y horas realizando recetas imaginarias, era algo que le chiflaba. Por eso, en el momento que creció un poco, con apenas diez años, comenzó a hacer bizcochos y galletas caseras. A partir de ese instante, empezó a elaborar postres y dulces a diestro y siniestro, mientras que paralelamente aumentaba con creces su pasión por la repostería. Tal era la afición que tenía que una vez por Navidades su abuela la llevó a una tienda «repleta de juguetes» y, sin dudarlo ni un instante, eligió un pequeño horno eléctrico como regalo. Fue un amor a primera vista, pero nunca se imaginó que años más tarde tendría un horno mucho más grande y además de verdad.

En El Horno de la Abuela se preparan una amplia variedad de tartas. Cada uno de estos dulces se realizan por encargo
En El Horno de la Abuela se preparan una amplia variedad de tartas. Cada uno de estos dulces se realizan por encargo

Desde hace nada más y nada menos que 25 años Paloma Palacios está al frente de El horno de la abuela, el emblemático negocio de Oviedo que lleva más de cuatro décadas endulzando los paladares de los carbayones. Esta tienda de repostería situada en la calle Sacramento se cruzó en su camino por pura casualidad. «Me buscó ella a mi, no yo a ella», reconoce la avilesina, quien nunca se había planteado coger las riendas de la misma tras anunciar su fundadora María Victoria -hermana de la archiconocida repostera ovetense Guillermina- el traspaso por jubilación.

En un primer momento, fue un amigo de Paloma quien cogió el traspaso. «Él tenía la idea de vender productos americanos como brownies o cookies, ya que sus padres son de Nueva York». Sin embargo, como daba clases de inglés y no tenía mucho tiempo, necesitaba «urgentemente» a alguien que le echase una mano. Mientras que encontraba a alguna persona con el que repartir la carga de trabajo, María Victoria le ayudaba con los encargos, aparte de enseñarle sus recetas para que mantuviese su legado. Hasta que un día apareció Paloma por la tienda y todo cambió. En ese momento los astros se alinearon.

«De aquella trabajaba en un restaurante, pero un día que estaba de descanso decidí visitar a mi amigo para conocer su negocio. Cuando fui era Navidad y estaban muy atareados haciendo polvorones, mazapanes… entonces, sin dudarlo ni un segundo, empecé a echarles una mano. Ni siquiera paré a comer, ¡y eso que me ofrecían alimento! Fue en ese momento cuando la señora -María Victoria- le dijo que yo era la que valía. Empezaron a ofrecerme el negocio hasta que acepté», cuenta Paloma Palacios, quien cogió las riendas del mismo en el año 1998.

Desde entonces, no ha dejado de preparar artesanalmente dulces y salados. Todos y cada uno de los productos que ofrece están elaborados con sus propias manos y siguiendo los pasos de las recetas de toda la vida, en las que la calidad y el sabor copan todo el protagonismo. «Hago muchas galletas, siempre tengo cubiletes y pastas», cuenta antes de señalar que, además, elabora productos ecológicos y algunos de ellos son sin azúcar o incluso sin harina. También realiza por encargo tartas, empanadas de hasta 18 sabores y canapés.

«Procuro ir a tiro fijo porque, si no, pierdo mucho tiempo y, además, si me sobran los productos y los tengo que tirar, y no puede ser», asevera. Aunque trabaja principalmente por encargo, Paloma Palacios también vende presencialmente en su pequeña tienda situada en la calle Sacramento. De igual modo, gran parte de sus productos son puestos a disposición del público en otros comercios de Oviedo, así como en otros puntos de la región como Gijón, Avilés o Nava. También acude a ferias como la de La Ascensión, donde muestra y vende sus elaboraciones.

Hasta 18 variedades de empanadas son las que se elaboran en El Horno de La Abuela
Hasta 18 variedades de empanadas son las que se elaboran en El Horno de La Abuela El Horno de la Abuela

De esta manera, sumado a que ofrece una «exquisita» repostería artesana dulce y salada, Paloma Palacios ha consolidado y ampliado su cartera de clientes. «Muchos de ellos viven por esta zona, aunque es verdad que envejecieron y por tanto ya no vienen con niños, que es la clientela que más reclama este tipo de dulces. También aquí viene gente de otros puntos de Oviedo e individuos de fuera de Asturias porque, como aquí cerca hay apartamentos turísticos, pues se pasan, al igual que los estudiantes del MIR. Me encargan muchos productos también para los eventos que organizan empresas u otros organismos», detalla.

En resumidas cuentas, El Horno de la Abuela cuenta con un gran abanico de clientes que siempre acaba volviendo. En cambio, Paloma Palacios no cree que los pueda seguir atendiendo por «mucho más tiempo». Ya solo le quedan cinco años para poder jubilarse, pero no le gustaría poner fin a su carrera en el obrador que la ha visto crecer tanto personal como profesionalmente. En todo este tiempo ha tenido también otras aficiones, muchas de ellas relacionadas con la ayuda humanitaria y la salud, y le encantaría poder dedicarse a alguna de ellas.

En este punto, la avilesina cuenta que «en todo este tiempo» estudió medicina china, se convirtió en profesora de Yoga, viajó a Honduras para trabajar como voluntaria en una guardería de Médicos Sin Fronteras y acabó dando cursos de cocina a mujeres hondureñas. También colaboró en cocinas económicas de India, país al que espera volver muy pronto, aparte de realizar cursos formativos.

Por eso, en un tiempo no muy lejano, «si hay alguien realmente interesado en seguir con El Horno de la Abuela, que tenga también ganas, yo se lo traspasaría y me dedicaría a mi otra pasión», reconoce. Mientras que aparece un sustituto o sustituta que pueda llegar a estar a su altura, Paloma Palacios seguirá atendiendo a los clientes con su mejor sonrisa y ofreciéndoles unos productos con una calidad suprema y a un precio competitivo.